Garbanzos castellanos

Garbanzo castellano

El garbanzo castellano es sin duda una de las legumbres con mayor demanda dada su importancia en la gastronomía tradicional. De fácil cocción, se trata de una legumbre muy agradecida en la cocina, que combina estupendamente con otros alimentos. El garbanzo castellano es perfecto para los cocidos, donde su gran tamaño le permite absorber los líquidos y sustancias de los productos acompañantes.

El grano del garbanzo castellano es esférico, mayor que el de otras variedades, muestra una forma esférica con un pronunciado pico curvo típico de los garbanzos Kabuli. Su color es de un característico color crema amarillento, con una piel arrugada, inapreciable tras la cocción. El sabor es suave y de textura mantecosa al paladar.

Origen del garbanzo castellano

Al igual que las demás variedades de garbanzos, el garbanzo castellano tiene su origen en el mediterráneo oriental, donde lleva cultivándose desde hace por lo menos 10000 años. Desde entonces su consumo se fue extendiendo por asía hasta hace unos 2000 años, cuando seguramente los fenicios lo trajeran a la península ibérica.

En la actualidad el garbanzo castellano está muy presente, no solo en la gastronomía castellana, sino en potajes, cocidos y demás guisos tradicionales de toda la geografía nacional.

Características nutricionales